dissabte, 17 de setembre del 2011

texto 2 /Historia

Abrí los ojos, y me encontré en un terreno desconocido, lleno de una vegetación nueva, que nunca antes había visto con mis ojos. Eran unas ramificaciones, de una textura que parecía un poco viscosa, y parecía como si le sobresalieran unas ventosas. Esa vegetación era de unos colores resplandecientes, una mezcla entre un púrpura y un azul, excepto algunos que tenían unos colores más rosados, y de pocos  ellos les salían unos tentáculos de un color verde llamativo. Me levanté y empecé a buscar algún indicio de civilización, cuando me choqué con un pequeño globo flotando en el aire, y me llamó la atención. Levanté la mano lentamente, y la deslice en lo que parecía la superficie. Justo cuando mis yemas tocaron ese objeto, pareció convulsionarse, y empezó a revolotear en el aire, mientras iba perdiendo forma, y aterrizó a unos metros de mí. Me acerqué a aquello que parecía estar inmóvil en el suelo. Cada paso que daba, hacía que viera aún con más claridad lo que tenía ante mí. Esa cosa se giró, y ante mi asombro me sonrió, mostrando una pequeña hilera de dientes relucientes, y una mirada tierna. Era un ser muy peludo, con mucho pelo descabellado, y un tamaño que quizás no llegaba a los 20 cm. Tenía una forma redonda, y parecía la cosa más suave del mundo. Esos ojos angelicales que me miraban con esa carita, hacían aún más tierno al animal, así que me agaché y intenté tocarlo. Al primer intento, el animal se mostró distante y con miedo, pero una vez dejó que le tocara, parecía más feliz, y empezó a revolotear a mi alrededor, saltando y dando círculos. Me parecía asombroso que una cosita tan pequeña tuviese tanta vida y alegría. Tenía un color amarillento, pero las puntas de sus pelos, adquirían un tono más oscuro, al ser todo él, de un mismo color, era como estar observando una diminuta bola de pelo moverse, y con ojos suplicantes. De repente la vi saltar encima de mi pié, y luego se largó botando y dando brincos en la espesura del bosque nuevo. Al no querer estar solo, le seguí.
Fuimos pasando por distintos lugares de la vegetación; descubrí que había más tipos de árboles, como unos que eran muy larguiruchos, pero que parecían tener como burbujas de agua dentro, otros que bajaban del cielo en forma de espiral…  También me percaté del suelo, y de sus cambios mientras iba siguiendo a esa bolita de pelo peluda, que por alguna razón tenía prisa en ir a algún lugar. Lo que en la tierra se conoce como hierba, en ese lugar era distinto: parecía ser un suelo pegadizo, y con alguna peligrosidad, pero una vez lo hube pisado, me di cuenta que era como una esponja que se ablandaba a tu pie al andar, y lo hacía más cómodo. También había un suelo hecho de un objeto desconocido, alargado y duro, de un color gris metalizado, similar al de una piedra, pero adaptado a la naturaleza. Era tan liso, que a veces me costaba no resbalarme. Hasta que vi que a unos cien metros, salía una luz de entre los árboles, de un tono azulado, y vi que esa cosa se dirigía hacia allí.
Lo que vi me dejo perplejo. Cientos y cientos de bolas peludas de distintos colores, revoloteaban por esa zona, y todas tenían un rumbo distinto. Tenían una especie de casas, muy distintas a las nuestras, y para empezar eran de forma circular, con un agujero justo en la parte superior, y me llegaban hasta las rodillas. El material con las que estaban hechas, no era ningún material que hubiera en la tierra, ya que se adaptaba a los colores del entorno. Cuando algún árbol cambiaba de color, cosa que hacían de vez en cuando, sus casas también se adaptaban, para pasar desapercibidos. En cuanto a ellos, escribían y hablaban como nosotros, y había especializaciones de muchos tipos. La bola de pelo que me recibió al llegar a esa mini aldea se llamaba J, y la bolita pequeña y amarillenta se llamaba f2, que se había pasado incubando durante dos meses. J me contó cómo vivían, y me enseñó sus oficios. Había constructores, pintores, profesores, cantantes, roqueros, bailarines, actores, ingenieros, médicos,  etc. Todo el tipo de oficios que me pudiera imaginar los tenían.
Fui visitando sus oficios, y pude ver como trabajaban. Los constructores tenían que adentrarse en el bosque para coger los materiales que necesitaban para construir sus casas. Eran siempre las mismas bolas de pelo, las que parecían con más pelo de todas, ya que así cargaban entre todos mejor el peso de los materiales. Los pintores iban con una bata tan pequeña, que me cabía a mí en la mano, y pintaban cuadros que eran de un tamaño que casi no podía apreciar la calidad del cuadro. J me contó que los hacían con el jugo de unas frutas especiales que no usaban para comer, sino que eran solo para adornar o pintar. La escuela era la construcción más grande, donde J me explicó que daban clases hasta los 6 cráteres, ya que su forma de vida era distinta que la nuestra, y en vez de años contaban cráteres, que sería lo equivalente a 3 años. Su inteligencia se desarrollaba mucho más rápida que la nuestra, aunque su esperanza de vida era mucho más baja, a los 40 años, es decir, los 20 cráteres. Me contó que estaban teniendo una discusión entre profesorado, de porque les interesaba tan poco a los alumnos sus clases, y decidieron hacer una asamblea, para intentar mejorar su atención.  Luego nos dirigimos a la zona de estudio de los cantantes y los roqueros. Había un grupo de cuatro amigos cantando y tocando como si fuera la última vez, y con la ilusión de la primera. Me hizo ilusión ver a gente que tocaba con tanta ilusión y con aquellas pequeñitas manos, con instrumentos diseñados para sus cuerpos. Me hubiera gustado tocar, y bailar, así que le pregunté a J si tenía guitarras, pero no sabían lo que era, así que me trajeron lo que ellos llamaban papel, que era un poco más grueso que nuestro papel, y una textura más suave , así que les dibuje lo que era una guitarra, y les pedí si podían construirme una. J me dijo que lo intentarían pero que no podía prometer nada. Una vez nos fuimos de donde estaban los cantantes y roqueros me llevó donde estaban los bailarines, que eran las bolitas de pelo que tenían los pies más largos, que casi eran imperceptibles a simple vista. Ellos no bailaban como yo, pero provocaba una sensación de bienestar curiosa.  Al cabo de poco rato observando sus movimientos, ágiles y suaves, me vinieron un grupito de bolas de pelo, que me traían un objeto envuelto. Me agaché y lo abrí con cuidado. En ese paquete me habían entregado una guitarra exactamente como yo la había dibujado, y había una nota: “De parte de los Grumis”. ¡Ahora sabía cómo se llamaban! Así que los Grumis, me habían hecho una guitarra, ¿a mí? Les estuve muy agradecidos, así que les empecé a acariciar uno por uno, y se pusieron muy contentos, y como de costumbre empezaron a dar saltos de alegría. Y de repente tuve una idea…

Era ya más oscuro, y vi como los Grumis se iban acercando por momentos, en el claro en que J me había enseñando, y lo había considerado el lugar idóneo. Llevaba la guitarra colgada, y en breve podría escuchar esa melodía en mis orejas. Cuando estuvieron todos, decidí empezar el concierto de rock & roll. Las notas que salían de mi guitarra eran de un sonido distinto, pero que hacía más bello el rock & roll. Los Grumis se animaron y se pusieron a bailar y a cantar. Vi como más animales se iban acercando, y ya no eran todos Grumis, sino algunos volaban, otros parecían serpientes…
El concierto fue un éxito, pude tocar rock & roll en otro planeta, todos me adoraban, y me sentía como un profeta del rock, así que decidí quedarme en esa pequeña civilización y disfrutar del resto de mi vida en compañía de aquellos seres amigables.

3 comentaris:

  1. Eva Fuertes nació a finales del siglo XX pero su existencia fue marcada por la segunda década del siglo XXI. En esta época, España, al igual que muchos otros países se encontraba metida en una gran crisis mundial pero su metodología egoísta le impedía volver a la normalidad. Fueron épocas duras donde el gobierno era criticado por todas partes; parecía que nadie era capaz de superar ese bajón, que si alguien lo intentaba, lo único que conseguía era estropearlo. Por esto, todos los habitantes querían mudarse a otros países, empezar una nueva civilización dónde todo se basase en el bienestar de la comunidad y no solo en el de unos pocos.
    El titulo del texto, como podemos comprobar es muy original; muy simple y a la vez, muy significativo: "Texto 2/Historia". Este explica tal cual eran las cosas: es el segundo texto que Eva escribió en su larga vida y como podemos comprobar, es una historia futurista y original. El texto se hubiese podido llamar perfectamente: "la vida de los Grumis", "aventura con los Grumis" o simplemente "Civilización lejos de la realidad". Cualquier cosa hubiese servido, pero en los tiempos que corrían tenias que ser lo mas breve en cuanto a títulos y portadas porque todo valía dinero, mucho dinero. No solo todo, sino que, hasta las sonrisas te costaban dinero: nada se hacia de forma gratuita. Incluso en muchas plazas, en vez de regalar abrazos, la gente cobraba por ellos!!

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  2. Así que imagínense como estaba la situación de mal que tenían que quitar todo lo innecesario.

    Esta historia habla de un hombre que se incorpora, de manera desconocida, a una civilización de seres desconocidos.

    Podemos apreciar seis partes de texto pero que literalmente se divide en cuatro. La primera, que va desde el principio hasta la línea 18, donde se nos presenta al personaje y al pequeño animalillo que le hará de guía; segunda: desde la fila 19 hasta la 37, en el cual el protagonista conoce el lugar dónde viven muchos bichitos peludos y se nos presenta al amigito J; el nudo del texto se encuentra entre las lineas 38 y 61 en en cual nuestro personaje principal interactúa en la vida de los Grumis (la civilización de los peluditos) y conoce sus costumbres y cultura; y por último, la cuarta parte, el desenlace, que transcurre entre la fila 62 y la última palabra, dónde los seres extraños le construyen una guitarra y él les hace un concierto en el que se lo pasa tan bien que decide quedarse allí para siempre.

    Como hemos dicho antes, encontramos al protagonista, del cual no sabemos el nombre y los Grumis, de los cuales podemos destacar a J, el primero que conocemos y f2, otro que se menciona especialmente.

    Es muy posible que Eva, estuviera cansada de la sociedad monótona en la que vivía y que utilizase sus historias para refugiarse del mundo. Por ejemplo, el momento en que el hombre hace el concierto, disfruta y decide quedarse, podría darnos una idea como por ejemplo que el siglo XXI era un aburrimiento y todo el mundo deseara pasárselo bien porque no disfrutaba día a día. Podría se también que nuestra autora acabase de ver “Harry Potter y la Órden del Fénix”, en la cual Ginny, la hermana de Ron Weasly, se compra un Piggmy-puff (un bichito peludo que la inspirase en sus Grummis).
    Personalmente, con todos los detalles de los que habla la señorita Fuertes, me comprometería a hacer la película. La idea, los personajes y los decorados se encuentra perfectamente descritos, de tal forma que solo seria cuestión de encontrar a un hombre para que hiciese de protagonista y el bosque que se pareciera al descrito. Todo el trabajo que falta ya esta echo. Así que deberíamos agradecerle a Eva la creación de este texto porque estoy segura que dentro de un par de años, cuando la gente haya podido acceder a este libro, saldra una trilogía basada en este libro que revolucionará el mundo y la sociedad.
    Hay un dato importante que me gustaría comentar: este libro fue encontrado en la séptima década del siglo XXI, en una cueva perdida al sur de Génova. Una isla que según los mapas se llamaba Sardegna pero que, debido al derretimiento de los casquetes polares quedó completamente hundida exceptuando un pequeño monte en el que por suerte pudimos encontrar esta gran obra.

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  3. CONTINUACIÓN HISTORIA
    Durante el día, me dedicaba a enseñar en el colegio, en la zona en la que estudiaban los cantantes y músicos. Pero al principio, me fue muy difícil dar clase por que no estaba familiarizado con los instrumentos y el tipo de melodías que tocaban allí, pero eran tan dulces y pegadizas, que al cabo de un mes ya conocía la mayoría, aunque no era capaz de tocarlas, por que no sabía tocar los instrumentos de ese lugar.
    Cuando empecé a dar las clases, todos los Grumis que asistían a mis clases se compraron guitarras, pero tardaron un mes en construirlas por que no estaban preparados para tanta demanda. Cuando la oleada de compras de guitarras terminó, fui a donde trabajaban los artesanos a pedirles si me podían hacer uno de sus instrumentos típicos. Y ellos me dijeron que no estaban seguros ya que conseguir los materiales de mi tamaño seria difícil pero lo intentarían.
    Pasados dos meses de eso, me avisaron de que la habían fabricado. En ese instante yo estaba muy feliz, pero en ese momento me di cuenta de que no sabía quien me iba a enseñar a tocarla, y recordé el primer día cuando llegue y me pasee por las salas de músicas, donde vi a ese grupo de cuatro amigos que tocaban con esa ilusión e intensidad que me recordó a cuando yo era joven y comencé a tocar. Entonces decidí que ellos serian quienes me enseñarían.
    Cuando aprendí a tocar, me sentí nuevo como cuando toque la primera canción con mis amigos de joven y en ese momento fue cuando comencé a sentir nostalgia.

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